29 diciembre 2012

Hay otra?






Hoy,  después de tragarme el poco orgullo que me quedaba,
 te volví a preguntar si era cierto, todo lo que desde hace un tiempo la gente murmura a mis espaldas... -

Hay otra?

Al oír las palabras una ola de indignación curvadamente fingida tiñó de rojo tus mejillas, tu nariz 
y hasta el blanco de tus ojos...

Unos ojos que no fueron capaces de mirarme cuando tu boca vomitó el rosario de mentiras que aun me atormenta...

Cuando me dí cuenta de tu traición, 
me sentí herida, y tuve miedo...
Al abandono, a la soledad, y sobretodo 
al fracaso...

 Intenté luchar,
 de la única manera que podía, 
poniéndome una venda en los ojos...
pero desde ese día
 una espada de fuego tan ardiente 
como la pasión que salia antes de nuestros besos, de nuestras caricias adolescentes , 
no a dejado de recordarme todas y cada una de las ilusiones que yo tejía a nuestro alrededor...

Durante mucho tiempo he vivido, minuto a minuto bajo el peso asfixiante de la incertidumbre, 
de las dudas, y he sufrido sola, en silencio, las cuchilladas ciegas de los celos...
Unos celos que poco a poco 
han envenenado mis esperas, 
porque ni un minuto he dejado de esperarte, 
aun sabiendo que muchas noches, 
la llama sutil de la vela que ardía 

en mi esperanza se apagaba mucho antes de lo que yo esperaba...
Siempre creí que volverías, pero una vez mas, me equivocaba...

Tu no volverás... 
porque cuando te fuiste, 
te llevaste la dulzura de tus besos, 
la ternura de tus miradas...

Hoy, tu recuerdo a llenado los vacíos del engaño 
con mil y una imágenes que guardaba en  algún rincón del pasado, 
mil y una imagen que despertaban 
para hacerme daño...

Porque me duele asomarme al pasado y ver como nos regalábamos besos furtivos...
Besos que estallaban bajo las llamas de la pasión que encendía nuestros cuerpos, 
cuando aun teníamos la ilusión, 
que fuera eterno...
Eterno como la fidelidad 
que un día nos prometimos, eterno como...

Hoy estoy aquí sentada, mirando como detrás de los cristales entelados,se encienden farolas que emblanquecen las sombras en la noche, 
y no puedo apartar de mi mente tantas y tantas promesas falsas, selladas con fríos besos 
que escapan hoy por las esquinas de esta ventana, sin haber llegado a humedecer mis labios...
No puedo olvidar tu imagen muda ante mi,
 sin ser capaz de mirarme a los ojos, alejándote... llevándote lo mejor de mi... 
y tengo miedo!!!
miedo al silencio, a la soledad 
que acabara empalideciendo mis labios como hielo, al silencio que no deja de gritarme que te he perdido, y el calor de la soledad que nunca podrá fundir las velas que acompañan hoy mi ensueño...



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