16 diciembre 2012

El Árbol de los problemas



El Árbol de los problemas





El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar mi vieja granja, acababa de finalizar su primer día de trabajo muy duro. 
Su cortadora eléctrica se había dañado y le había hecho perder una hora de su trabajo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.
 Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio.
 Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia.
  Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.

Al entrar en su casa, ocurrió una sorprendente transformación.
 Su bronceada cara sonreía plenamente. 
Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. 
Posteriormente me acompañó hasta el auto.
Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo visto cuando entramos.
 -"Ese es mi árbol de los problemas", contestó. "Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero hay algo que es seguro: los problemas no pertenecen a mi casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos.  
Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego. 
Luego a la mañana los recojo otra vez."
 "Lo divertido es... -dijo sonriendo- que cuando salgo a la mañana a recogerlos, ni remotamente encuentro tantos como los que recuerdo haber dejado la noche anterior".

 Si tiene solución, ¿para qué te preocupas?
 Si no tiene solución, ¿Para qué te preocupas?

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